domingo, 9 de noviembre de 2014

No quiero que esto se acabe...

Estoy en blanco.

Meses atrás las palabras saldrían solas de mi mente, a una velocidad de vértigo y acompañadas de una amplia sonrisa. Hoy... me invade la tristeza y las lágrimas vienen y van. Dos días con este sentimiento dentro de mi han provocado que hoy ponga en palabras lo sucede dentro de mi cabeza. Algo que ni siquiera yo entiendo.

No quiero que esto se acabe. No quiero afrontar la idea de que no haya mas futuro. No quiero auto convencerme de que tiene que haber un punto y final. No quiero dejar de pensar en ti, ni dejar de sonreír cada vez que oigo tu nombre, ni de levantarme feliz cada vez que sea 28. No quiero que te vayas.

Ha sido el mes mas duro de mi vida. Metidos de lleno en nuestros nuevos estudios y nuestras nuevas vidas...  Podríamos decir que nada ha cambiado, salvo por el hecho de que ya no te veo llegar por la mañana, ni salgo después de cada clase para verte, ni te espero a que salgas a la hora del patio, ni te espero a la salida de clase... Ahora ya no hay nada de eso.

Tal vez ese cambio es el que nos debilitó. pasar de vernos a cada hora a no vernos casi nunca. Pero... ¿De verdad crees que esto ha acabado por pasar un mes sin vernos? No, te equivocas. Esto no ha acabado. Esto acaba de empezar. Una nueva vida fuera del lugar donde nos conocimos, una nueva versión de nosotros mismos, donde la vida se hará mas dura, pero realmente valdrá la pena.

Pase lo que pase en un futuro, solo quiero que entiendas una cosa:









 No quiero a otras personas... solo te quiero a ti. 






sábado, 25 de octubre de 2014

Cuatro versiones de mí.

No sé que está pasando...

No sé cual es el motivo por el cual he llegado a este punto. ¿Que ha cambiado en mí? ¿Como he podido crear cuatro versiones de mi mismo?

No recuerdo nada de nada de aquella fatídica noche de hace 4 años. Yo tenia entonces 14 años, casi 15, y estaba interesándome cada vez mas por la astrología. Eso es la única cosa que sé de mí... solo porque me lo han contado.

Según dicen, aquél día mi padre volvió borracho del trabajo (como solía hacer). Mi madre, quien según los vecinos y mis seres queridos ya estaba harta de aguantar a mi padre, le pidió explicaciones. A mi padre no se le ocurrió otra cosa que decir que estaba "con su amante". Mi madre se echó a reír. "¿Una amante? ¿TU?" Mi padre se levantó y sacó una fotografía de él y su amante... y ya no me sé mas.

Este es el relato que cuentan los vecinos que los oyeron discutir. Yo no recuerdo nada de nada. Algunos dicen que me desmaye.

¿Y que es lo que pasó después? No lo sé. No me lo quieren contar. Poco después de despertar, oí que mi madre había matado cruelmente a mi padre después de comprobar que lo de la amante era verdad. algunos psicólogos que me atendieron sospechan que la escena fue tan horrible que me hizo entrar en shock y que me hizo olvidar todo de mi vida anterior.

Me quedé a vivir con una señora mayor que decía ser mi abuela (o la madre de mi padre). Me acuerdo perfectamente como, en nuestros primeros días de convivencia, ella no paraba de llorar y de decir cosas como "Mi hijo se ha ido... pobrecillo mi hijo". Supongo que se referirían a mi padre, ya que nunca nadie me dijo que tuviese un tio o una tia. Tampoco tenia primos, ni parientes lejanos... solo la tenia a ella, a mi abuela.

Con el paso del tiempo intenté recordar algo de como era yo antes: mis gustos, mis aficiones, mi carácter, mi sentido del humor, mis comidas favoritas, mi música favorita.... algo de mi, lo que fuera. Pero no, no pude conseguirlo.

Por eso, con el paso del tiempo, mi mente creó cuatro versiones de mi mismo. Cuatro vidas creadas para saber cual de ellas me representaba mejor... cuatro vidas para recuperar mi yo anterior.. cuatro vidas para saber quien soy...

Pero...

¿Sabré mantener el equilibrio entre ellas? 


domingo, 5 de octubre de 2014

For the team.

Siempre...

Siempre anhele conocer a alguien que me quisiera, que me comprendiera y que nunca me rechazara... Hace un año pensé que lo que me tocaba era limitarme a compartir mis gustos con la gente que conocí por Internet y nunca mostrarme como soy con nadie.

Pero conocí a dos personas geniales. Dos chicas que, en poco tiempo, se convirtieron en dos personas imprescindibles en mi vida. Estas dos personas, involuntariamente, me demostraron que no estoy sola, que hay mas gente como yo, gente friki y alocada como yo, gente con la que hablar cómodamente de lo que me gusta sin recibir malas caras ni ser ignorada. Realmente le debo mucho a este pequeño grupo.

Mucha gente pensará que es solo un simple grupo de WhatsApp, pero es algo mas. Para mí simboliza la unión de una amistad muy fuerte que jamás se romperá. No me importa lo que pase de ahora en adelante: tal vez nos enfadaremos, o discutiremos, o no nos hablaremos... pero siempre, repito: SIEMPRE estaremos juntas.

Por eso os escribo esto: para demostraros lo mucho que me importáis, y para enseñaros la huella imborrable que habéis dejado en mí.



Ya os conocía de antes, pero hoy hace un año que empecé a conoceros mejor...

Feliz primer aniversario...


For The Team


miércoles, 21 de mayo de 2014

Mezurashi

Rara.

Os voy a contar una historia: la historia de una chica callada que cuando habla intenta compartir sus gustos con toda persona que le caía bien, para que estas personas vean lo feliz que soy. Pero lo único que recibe esta chica son malas caras, risas burlonas y el ser ignorada. Muchas veces esas cosas no suelen afectarle, pero duele al ver que esas cosas ocurre entre las personas mas cercanas a ella. E, incluso, de su propia familia. Esta chica ya esta harta. Esta chica tuvo que buscarse por Internet algunas amistades que compartieran sus gustos a causa de no poder encontrar a nadie en persona que le entendiera.  Así soy yo. Rara y extraña.

Pues lo siento. Siento que os moleste que hable todo el rato de un mismo tema, pero... ¿Acaso vosotros no hacéis lo mismo? ¿Acaso vuestros gustos son mejores que los míos? ¿Acaso soy yo la rara, cuando vosotros adoráis a cualquiera que se quite la camisa y tenga un buen cuerpo? ¿Soy una persona rara por preferir un poco de cerebro y una historia de amor gay en vez de un par de músculos y una historia de amor ñoña y previsible?

Pues si, gente. Soy rara. Y podéis pensar lo que queráis.

¿Que os reís de mí? Hacedlo. Puede que algún día encuentre la gracia y me ria con vosotros.
¿Que os cansan mis temas de conversación? No me habléis. Nos evitará molestias a todos.
¿Que no os caigo bien? Decírmelo. Puede que descubráis que ese sentimiento es mutuo.
¿Que no os gustan mis publicaciones? Bloquearme. Nadie os pide que me sigáis si no queréis.
¿Que no os gustan mis gustos? Ajo y agua. Por eso son míos.
¿Que no os gusta mi forma de ser? Marchaos. Marchaos de mi vida y no volváis.

Hasta ahora me he callado y he aguantado. Pero no me cerraré en mi misma por fingir algo que yo no soy.

Y soy capaz de gritarlo a los cuatro vientos:









sábado, 26 de abril de 2014

Perdóname.


Ayer algo me consumió por dentro.
Llámalo tristeza. Llámalo rabia.
Llámalo un intento desesperado de ahogar mis penas.
Lloré un poco, pero mi cuerpo pedía mas.
La persona que estaba delante de mi aguantaba,
mientras yo decía cosas sin sentido.

Ahora me siento como una estúpida,
soltar lágrimas por unas malas caras
me hace parecer una exagerada.

De todos modos, ahora lo entiendo.
No hay que forzar las cosas, ni obligar a
alguien a cambiar su humor si esa persona no quiere.
Hay que dejar que las cosas fluyan,
y que todo siga su curso.

Desde ayer, el perdón se me ha escapado
varias veces por todos los medios posibles.
Él también se disculpó. Varias veces, incluso.
Nos perdonamos y volvimos a sonreír.
Pero mi corazón está intranquilo...

Amor...

Perdóname.

Perdóname por cambiar de humor por una simple reacción tuya. Perdóname por llorar y arrebatarte el libro de las manos con rabia. Perdóname por todas mis rabietas. Sé que es difícil aguantarme, pero el hecho de que lo intentes y que sigas a mi lado como si nada hace que me de cuenta de que realmente vales oro. No sé como alguien tan maravilloso como tú pudo ver algo bueno en mi, pero desde ese día tengo motivos para sonreír.

Y ahora soy yo la que me provoco mis propias lágrimas y tu eres el que aguantas el chaparrón. No es justo. No quiero volverte a hacer sufrir de esa forma como lo hice ayer. Tu y tu corazón de oro no os merecéis esto. Quiero verte reír y sonreír como si no hubiese un mañana. Quiero volver a sentir que eres feliz a mi lado, y que yo lo soy contigo.

Por eso quiéreme, hasta que mis lágrimas se conviertan en sonrisas.





domingo, 5 de enero de 2014

Mundo de adultos.





Estamos rodeados de adultos. En esta etapa de nuestra vida, algunas personas consideran que nosotros también lo somos y que deberíamos ocupar ciertas responsabilidades. Otros opinan todo lo contrario, que aun somos unos niños y que no esta bien que hagamos ciertas cosas. La visión que tienen de nosotros como adultos cambia según lo que les pedimos hacer o lo que, por el contrario, nos negamos a realizar.

Pero esto no es nada extraño, ya que vivimos en un mundo de adultos, donde tienes que vivir a merced de los demás. En este mundo no esta permitido creer en las cosas que creías cuando eras mas joven, sino que tienes que superarlo para crecer, dejar de lado las fantasias en las que creías de pequeño. No esta permitido dormir con peluches cuando alcanzas una cierta edad, por que "eso es de críos." No esta permitido ver series que veias cuando no tenias mas de un dígito de edad. No esta permitido admitir que a veces, en la intimidad, cierras los ojos y te imaginas que vuelas. Antes, al decir que ibas montado en un unicornio era sinónimo de una gran imaginación, ahora es símbolo de locura, o de haber tomado alguna substancia extraña. Antes, palabras tan inocentes como leche, platano, melones, peras, o incluso pepinos para nosotros solo significaban alimentos.

Ahora todo es diferente. Ya no pensamos cosas que pensábamos antes. Ya nos ilusionamos de la misma forma que lo hacíamos cuando venia Papa Noel ni los Reyes Magos, ni nos levantámos pronto y despertamos a toda nuestra familia para abrir los regalos. Ya no jugamos todo el dia con muñecas, ni con figuras de animales, ni  vemos tantas películas de Disney ni nos vestimos como sus protagonistas. De echo, ni siquiera dedicamos un minuto de nuestra vida a pensar en aquello que dejamos atrás.


Pero yo si que pienso en ello. Lo hago porque, mientras viva, no quiero olvidar nunca lo que un día fui: una niña en un mundo de adultos.