viernes, 6 de diciembre de 2013

A un gran hombre.

 
 
 
 
 
Ayer te fuiste. Dejaste un vacio enorme en muchísima gente pero a mi, además de un vacío, me dejaste muchas dudas: ¿Por qué? ¿Por qué dijiste lo que dijiste? ¿Por qué defendiste lo que defendiste? ¿Por qué luchaste por lo que luchaste? ¿Es que acaso no sabias que el ser humano, por muy bondadoso que aparente ser, es cruel con los que son diferentes a él? Pero no estés triste. Tu no tienes la culpa de nada.
 
Todo ser humano tiene una parte buena y una mala. Tu intentaste sacar la cara buena de la gente con toda tu buena intención pero, por desgracia, esas personas solo te enseñaron la mala. Te encerraron por el simple hecho de ser alguien bondadoso, con buen corazón, con una sonrisa siempre en los labios... Por ser alguien que defiende la igualdad entre razas. Una igualdad que, desgraciadamente, a día de hoy la tenemos que defender, ya que no la podemos conseguir así por las buenas. No solo me refiero a la igualdad entre razas, sino a la igualdad en general. Yo quiero eso, y sé que tu también lo querías.
 
Ahora que no estas aquí, me siento desprotegida. Tengo miedo de que el mundo se convierta en algo peor de lo que es, ya que aún quedan cosas buenas en él y no quiero que nadie nos arrebate esas cosas.  Es increíble lo mucho que te quiere y te admira la gente por defender algo que debería ser obvio. Aun así, llegaste a los corazones de todo el mundo con tu corazón y tus buenas intenciones. Fuiste la inspiración de muchas personas que están en este mundo ahora, y también de las que aún no han llegado a él.
 
 
Gracias por todo.
 
 
 
             Nelson Rolihlahla Mandela.
(1918-2013)

jueves, 3 de octubre de 2013

Nezumi's Song






Hace tiempo que esa canción deja de hacerme daño.
Antes no quería ni oír hablar de ella,
 una sola nota me provocaba un dolor horrible...
Hoy me hace sonreír.

Mi pasado fue horrible, por culpa de ellos
lo perdí todo: mis padres, mis hermanos, mis amigos...
Shion...
Mi querido Shion... 

Si, él también se fue.
No sé donde está, pero solo sé que vaya donde vaya
le tendré cerca de mí, al igual que cuando él vivía.
Nunca se lo dije, pero llegué a enamorarme de él.

Cuando me miró por última vez pude ver un brillo
de felicidad que jamás olvidaré...
Y jamás entenderé.
Yo, que me pasé años luchando contra ellos,
los enemigos que destrozaron mi vida,
no pude entender como alguien se alegraba
por estar a punto de marcharse de este mundo.

Supongo que fue por que yo estube con él
hasta el final.
¿Como no iba a hacerlo?
Después de acogerme y curarme
y hacer que tuviese una nueva oportunidad...
¿Como iba a dejarle abandonado?
Por eso siempre estuve con él,
para lo bueno y para lo malo.
Mi Shion...
Mi querido Shion...
Jamás dejaré de quererte.

Por eso esta canción, que antes me mataba
hoy me devuelve a la vida.
Por tí, y solo por tí,
me levantaré y la cantaré
con toda la felicidad que tu me diste
y que hoy te devuelvo:

El viento barre nuestras almas, 
los humanos roban nuestros corazones. 
Oh, Tierra...
Oh, viento y lluvia...
Oh, cielo... 
Oh, luz...

Sostenlo todo en tus brazos...
Sostenlo entre tus brazos...
Y  comienza tus vida aquí...

Espíritu...
Alma...
Amor...
Pensamiento...

Vuelve aquí...
Vuelve...
Y acuéstate a descansar...





jueves, 18 de julio de 2013

Camino.




Ha pasado mucho tiempo, veo que hemos echo un largo camino. Desde donde estamos ahora puedo divisar donde empezó todo y pienso inevitablemente en lo tonta que fui al no poder encontrar en aquel momento las palabras adecuadas para decirte. Podríamos haber recordado aquel momento por las palabras que nos dijimos, pero preferimos recordarlo con los hechos.


Aun que no me importa, sigo pensando que cada día damos un paso adelante.Tu mismo lo dijiste. Me dijiste que notabas que íbamos avanzando, y que lo nuestro iba a mas. Nuestro futuro se plantea como un camino que no tiene fin, y que provoca algunas curvas, pero siempre desemboca en un camino recto hasta el infinito.


Caminamos por ese sendero llamado: "tu y yo". Me caigo. Tu me levantas. Te caes. Yo te levanto. Nos caemos... Nos abrazamos en el suelo, nos besamos y nos volvemos a levantar. Con mas fuerza que nunca. Sonreímos y seguimos caminando. Así de fácil. Así de simple.



Así quiero que sea nuestra vida. Para siempre. Tu y yo. Cogidos por la mano. Caminando por un camino que nunca tendrá fin.

sábado, 1 de junio de 2013

¿Donde estás, Jack?

Me despierto con dolor de cabeza. La almohada está mojada. Desde que empezó mi historia con Jack, el dormirse llorando es algo muy típico en mi. Me levanto mareado. Me cuesta caminar. Voy al baño. Vomito. Estoy nervioso e inestable. En ese momento me pregunto si Jack, que siempre se preocupaba por mi a la mínima que me ponía enfermo, vendrá a ayudarme. Aprieto las manos mientras se me caen algunas lágrimas. Siempre me han afectado nuestras discusiones, pero esto es pasarse. ¿Poner el peligro mi propia salud por él? ¿De verdad vale tanto la pena?

Después del mal momento que he pasado en el baño, me voy a la sala de estar, dispuesto a encararme con él y decirle que teníamos que hacer un cambio. Pero no pude decírselo, no por que no tuviese voluntad a hacerlo, sino porque él no estaba. Estaba su manta y su almohada en el sofá que, curiosamente, también estaba mojada de lágrimas. Miro a mi alrededor. "¿Jack?" grité. "¿Donde estas, Jack?" No puedo mas. Esto me supera. Me cuesta respirar, me mareo, me tiemblan las piernas. para intentar tranquilizarme, me tumbo en el sofá. Lloro. Lloro con mas fuerza que nunca. Todo a mi alrededor gira. En medio de mi ataque de ansiedad, una idea fugaz cruza mi cabeza. Me levanto, abro la puerta y corro. Corro sin mas. No sé por donde voy. Solo sé que, de repente, me paro. Miro a mi alrededor. Estoy allá. En el parque. En el árbol... Mi subconsciente me trajo hasta  aquí. También mi subconsciente pudo ver perfectamente aquella silueta perfecta, que me miró y se levantó. Nos quedamos mirándonos a los ojos, en un silencio que solo era interrumpido por mis ruidos intentando respirar con dificultad. Intenta sonreír. No... No puedo con su sonrisa. Le sonrío agotado. Acto seguido, todo lo de mi alrededor se desvanece.

Me despierto con una agradable sensación de calidez. Normal, estaba en sus brazos. Me miraba a los ojos mientras me acariciaba la cara suavemente. Estaba velando por mis sueños. "Menudo susto me has dado. Empezaba a pensar que era algo grave. Por suerte solo estabas agotado." Me abraza mas fuertemente. Al notar su gesto de cariño, me echo a llorar. Escondo mi cabeza en su hombro y sollozo palabras incomprensibles, mientras él me acaricia en la espalda. Entre sollozo y sollozo a veces oigo algún "lo siento" por parte suya. "Cállate. Cállate, por favor. No te vayas nunca mas. No te imaginas lo que he sufrido por tí." Él no responde. Se queda abrazándome durante mas de una hora. Después de ese tiempo me lleva a casa (nuestra casa) y me ayuda a tumbarme en el sofá. Me besa. Me besa durante varios minutos. Me quita la ropa y me da vuelta, siempre con suavidad. Mis manos buscan las suyas. Las aprieto con fuerza, para evitar  que se vuelva a ir.

Lo hacemos durante varias horas. No quiero que pare. Cada vez que notaba como su energía va disminuyendo siempre le suplico que siga. En un momento dado, él se deja caer en la cama. Me mira y me vuelve a pedir perdón. "No tengo excusa, la discusión de ayer fue por mi culpa. Lo siento. Siento haberme ido y no haberte dejado ni una nota. Pero necesitaba reflexionar. Necesitaba ir al sitio donde empezó todo, para saber en donde estaba el problema. ¿y sabes que? Ayer tenias razón. Últimamente estoy muy distante. Todo es culpa de mi trabajo. Me agota emocionalmente. A veces tengo ganas de gritar de rabia y de estrés. Y lo único que puedo hacer para aliviarlo es ir a casa, y verte a ti. Es lo único que me consuela. Aun que no me digas nada." Le miro a los ojos: "¿Y lo que acabamos de hacer era una forma de aliviarte?" Me mira mordiéndose el labio de preocupación por mi pregunta. "Si... Lo siento". Me río. Al verme bien, él también ríe. No dijimos nada mas. Simplemente, nos abrazamos y nos dormimos. Antes de cerrar los ojos me quedé pensando en lo que me había dicho. Tenia sentido. Sonreí. Otra vez.

Ya no lloraba, estaba feliz. Me había echo sentir mejor, al igual que él cuando me veía a mi después del trabajo. Antes de dormirme, le miré. Nos miramos. Lo mejor de estar con él, es que solo hacia falta una mirada para entendernos.

Eso es lo mejor de todo.

domingo, 12 de mayo de 2013

A su lado.


Vale, no. No puedo mas.
He intentado ser fuerte pero esto me puede.
Tengo ganas de tirarme de los pelos,
gritar, tirarme a la cama y echarme a llorar.
No os asustéis, no me pasa siempre,
solo cuando siento que le necesito.

Está lejos, demasiado para mi.
Tanto que no puedo verle siempre que quiera.
Las noches son un suplicio para mi,
pienso, y entre otros pensamientos siempre sale él.
Y cierro los ojos deseando un nuevo día
para tener una nueva oportunidad de ser feliz.

Las 11 de la mañana. ¿tan difícil es que llegue esa hora?
¿Por que tiene que ser todo tan duro?
¿Por que no puedo cerrar los ojos,
y abrirlos deseando estar entre sus brazos?
Mi vida sería mucho mas fácil si así fuera.

En estos casos recurro a la imaginación.
Me imagino escenas con nosotros de protagonistas,
donde todo es posible,
donde no tengo que esperar a una hora concreta
para poder verle a la hora del patio.
Que feliz seria...

Otras veces mi mente crea historias
con mis queridos Jack y Robert.
Personajes sacados de mi mente,
destinados a luchar por su felicidad juntos hasta el final.
Hasta el fin de sus días.
Me siento tan identificada...

Estas historias me enseñan que,
si quiero la felicidad,
tengo que ser paciente.
Y esperar a ver su cara,
para sonreír y seguir con mi vida,
feliz...


A su lado.





jueves, 9 de mayo de 2013

La noche de Jack y Robert.

Miré el reloj por decimoquinta vez. No venía. Maldita sea, Robert se ha vuelto a ir de casa. Y todo por culpa de nuestra estúpida discusión en la que ni yo mismo consigo recordar el motivo. Empezamos a discutir y llegaron los gritos. Cada vez mas y mas. En un momento dado, él se dirige a la puerta y la cierra con todas sus fuerzas. El reloj tiembla por el golpe. Eran las 13:05. Ahora, casi las 00:00 y él no da señales de vida. "Estoy harto", pensé. "Si quiere venir, bien, y si no quiere, ¡que haga lo que quiera!" Intenté no preocuparme, fingir que no me importaba que el hombre de mi vida se había marchado por esa puerta y no había vuelto aun... Y lo conseguí. Hasta que me tumbé en la cama. Entonces fue cuando empezaron las lágrimas. Caían con suavidad, mojando la almohada tan especial que compramos en una tienda el mismo día que nos fuimos a vivir juntos. Recuerdo perfectamente ese día por que acabamos haciéndolo en la terraza, que estaba descubierta porque aún no habíamos puesto el toldo que lo cubría entero(pobres vecinos, los de enfrente). Eran buenos recuerdos, pero ahora todo se había ido a pique.

A punto de dormirme, noté como algo me abrazaba por detrás. Sabia perfectamente quien era. Estaba tan cansado que ni me había dado cuenta de que había abierto la puerta de casa. Estuve a punto de preguntarle donde había estado, pero no me atreví. De pronto, un escalofrío me recorre todo el cuerpo al notar que su boca se acerca peligrosamente a la mía. Me da un beso suave y largo. Acto seguido acerca sus labios a mi oreja. "Lo siento", me dijo con un tono de voz que me hizo tener otro escalofrío. "No tengo excusa. Estaba enfadado y te dije cosas horribles. Tampoco ha sido muy inteligente marcharme durante casi 11 horas sin decirte nada. Simplemente, perdóname." No dije nada. Estaba enfadado y dolido. Pero, mas que nada, quería que siguiera abrazándome, ya que la textura de su piel es el tacto mas suave que he experimentado nunca.

De repente, me dejo ir. "No, por favor", pensé. "Sigue, abrázame  ¡no me dejes ir, por favor!" Pero no tardó en volverme a tocar. Sus manos se iban deslizando hacia la parte de abajo. Notaba dolor. Y placer. Sobretodo placer. Pero seguía enfadado, y no quería que me dejara llevar. Le cogí la mano que me tocaba y  la saqué fuera. "Para.", le dije secamente. "¿Sigues enfadado?" Asentí. Noté como si hubiera desistido de intentar reconquistarme. Lo noté distante. En parte, es lo que quería. Y en parte no.

Sin previo aviso, se coloca encima mio. Me agarra la cara con las manos. "Mírame a los ojos." Hice lo que me dijo. Sus ojos estaban preciosos. Mas que nunca. Pero había algo que no me gustaron de ellos en ese momento: estaban llorosos. Él también había sufrido y ni me había dado cuenta. Me sentí una persona horrible. "Lo siento mucho. Estoy fatal por que sé que estas enfadado conmigo." Tonto, dejé de estarlo en cuanto te miré a los ojos. Pero no te lo dije. Me limité a levantarme, mirarte de nuevo a esos ojos preciosos, y besarte con ternura y pasión esos labios tan suaves.

El no tardó en reaccionar. Poco a poco me quitó los botones de la camisa. Yo, intentando seguir su ritmo, agarré la parte de abajo de la suya y la subí hacia arriba , mientras él subía los brazos para que me fuera mas fácil sacarla.  A partir de ese momento, no podía respirar con normalidad. Suavemente me tumbó y me quitó los pantalones y, por que negarlo, la ropa interior también. Me mordía el labio mientras él admiraba cada parte de mi cuerpo y le demostraba amor. Cuando pensaba que no podía soportar tanta pasión, me acerca la boca a la oreja y me susurra: "Date la vuelta."






Recuerdo esa noche como si hubiera sido la primera. Sus caricias, sus besos en mi espalda, el dolor que al final se transformaba en placer puro y duro... Le amo. Y no me importa lo que pase ni cuantas discusiones tengamos, por que él siempre está y estará conmigo. Ya que a pesar de haber tenido la discusión mas grande que hemos tenido nunca, él siempre consigue acelerar mi corazón y hacerme vivir noches increíbles.
Él siempre estará dentro de mi. Desde siempre. Y también para siempre.

martes, 30 de abril de 2013

Un nuevo mundo que empieza por A.

Inspiro. Sonrío.
Expiro. Rio.
Camino. Me enamoro.
Vivo. Soy feliz.


Demasiadas emociones juntas, ¿no? No puedo evitarlo,
He vuelto a nacer en un mundo nuevo,
donde conoces lo bueno y lo malo, sin falsedad.
Donde sabes que todo se puede acabar algún día pero,
por otra parte, nadie tiene relojes ni se preocupa del futuro,
solo viven el ahora, el tu y yo, el nosotros...

En ese mundo la gente se enfada tambien.
Algunas discusiones son tan fuertes que, incluso,
llegan a destruirlo por completo.
Pero ese mundo te da la oportunidad de agarrar a esa persona,
mirarle a los ojos, y decirle que lo sientes. Esa es la mejor parte.

Ese nuevo mundo empieza por A.
Puede ser amor...
puede ser amistad...

Pueden ser las dos cosas.
Puede ser. No lo niego.

Pero la A tiene un significado especial para mí. Mas que un mundo. Mas que una amistad. Mas que amor.
Es algo mágico.

Te amo, A.

miércoles, 17 de abril de 2013

La historia de Jack y Robert.


Con esos ojos azul cielo, Robert miraba a su alrededor. Le impresionaba todo lo que veía en aquél parque. Era normal, solo tenía 2 años, a punto de cumplir los tres. Mientras jugaba, una hoja del árbol en el que estaban debajo se posó encima de su cabeza. Su madre, que compartía con él el color platino de su pelo, le sujetaba con dificultad. Era un niño que desde poco después de nacer ya había demostrado ser muy activo. Le gustaba correr, saltar, descubrir cosas… Pero había algo que aún no había descubierto: una amistad que destinaría su vida para siempre.

Nada ni nadie ha podido explicar nunca que fue lo que llevó a Robert a posar sus ojos de príncipe sobre un niño, desconocido para él. Este niño, de pelo oscuro y ojos marrones, tenía ya los tres años cumplidos. Ambos eran casi de la misma edad. De lejos parecían congeniar. Y no se equivocaban. De repente aquél niño comenzó a correr. Corría hacia Robert, con los brazos abiertos y una cara sonriente, como si quisiera coger a Robert y no dejarle ir. En cierto modo, ese hecho nunca cambió entre ellos.

Por desgracia, en sus tres añitos no había aprendido a correr muy bien, hecho que le llevó directamente a caerse al suelo. Se echó a llorar desconsoladamente. Su madre, con preocupación, se abalanzó sobre él para socorrerle y consolarle. Por suerte no se hizo nada. Observando esta escena, Robert se acercó a ellos. Sin conocer de nada a ese niño le abrazó. El chico dejó de llorar al momento. E, incluso, le dedicó una tierna sonrisa. Robert le devolvió la sonrisa. Las madres de ambos se miraron enternecidas. Comenzaron a charlar con una naturalidad impresionante. De mientras, los pequeños jugaban y jugaban entre ellos. Ninguno de los cuatro sabía que acababan de iniciar  una amistad más que poderosa.





Doce años después…



Jack, el niño de pelo oscuro y ojos marrones, se pone la mano en el pecho. Acaba de llegar a casa muy nervioso después de vivir una de las experiencias más extraña,  pero a la vez dulce, que había vivido en su vida: en un momento de tristeza donde le confesaba a Robert que no sabía quién era se miraron a los ojos. Aquella extraña atracción que habían sentido la primera vez que se vieron, volvió a ellos. Sus labios estaban cada vez más cerca, hasta que se tocaron. El beso, tal y como lo describieron años después, fue lo más maravilloso que vivieron hasta el momento. Por muchas parejas que hubiesen tenido (todo chicas), esto era nuevo para ellos. Sus corazones nunca les habían latido tanto, nunca les había costado tanto respirar hasta ese momento…

Los momentos posteriores a ese beso fueron los más difíciles de soportar. Ninguno de los dos quería romper ese silencio, ni siquiera para preguntar qué había pasado. Se callaron. Sus mentes se volvieron como locas creando dudas sin parar. Pero había una que reinaba entre todas las demás: ¿Quién había besado a quién? Por muchas dudas, había una cosa que tenían muy clara, y es que ese beso había sido genial. Se gustaban. Y no podían negarlo.

A los dos costó dormir  esa noche. Y la siguiente. Y todas las noches de su vida, desde aquél día, 20 de febrero, que se les quedará grabado en la memoria de ambos. Se amaban. Y por muchas discusiones que tuvieran, se necesitaban. Juntos, consiguieron afrontar las negativas de sus familias a su relación por ser, simplemente, dos hombres. Juntos, tuvieron su primera noche en la que se entregaron el uno al otro, y que sería la primera de otras muchas. Juntos, vivieron durante toda su vida y se apoyaron mutuamente. Juntos envejecieron siendo un matrimonio rodeado en todo momento por sus hijos, que fueron fruto de su lucha constante contra la sociedad y los que se negaban a permitir que ambos fueran felices.  




Así, Robert y Jack, Jack y Robert, vivieron una verdadera historia de amor. Sus manos se juntaron un día, bajo un árbol, y jamás se volvieron a separar.

 .

miércoles, 10 de abril de 2013

La felicidad llega.







Después de meses sufriendo, 
puedo afirmar con toda seguridad 
que la felicidad llega.

A veces tarda mucho, demasiado, 
 o a veces está a la vuelta de la esquina. 
El problema es creer que vives en un círculo, 
sin esquinas.

Pero todo llega. 


El 28 de febrero puede parecer un día normal, 
pero no lo es. 
Mejor dicho, no lo fue.

Había MUCHA timidez, 
pero cuando echo la vista atrás pienso:
¡que tontos que fuimos por no habernos atrevido antes!
Esa timidez, me pregunto yo: ¿donde está ahora?

Realmente no me importa. 
Es mejor que se haya ido, 
ya que ahora soy feliz.




Estoy en blanco. 
Realmente no se que mas escribir.
Es que siento que debo compartir mi felicidad,
explicárselo a alguien, pero...
Simplemente no puedo.

El motivo es que pienso en él, 
y al hacerlo no puedo concentrarme en otra cosa.
Me llena. Me hace sonreír.
Aun que sé que soy una persona que sonríe con facilidad.
Pero las sonrisas que él me provoca son muy diferentes...

Le quiero...
Le amo...
Le adoro...
Le admiro...



Me hace feliz y... ¿Por que negarlo? LE AMO.

domingo, 10 de febrero de 2013

Timidez.





No se como es posible 
que encuentre siempre las imagenes perfectas 
que describen tal y como estoy.


Asco de timidez, asco de sensación
 que me hace estar nerviosa 
cuando estoy con alguien que a penas conozco.

Me gustaría ser como las demás personas, 
solo en este tema:
poder expresar lo que siento por él, 
ser correspondida, poder mantener
la serenidad cuando se acerca...
Pero siempre que le veo,
mi cuerpo no atiende a razones.
Agacho la cabeza, sonrío cada vez que me habla,
me pongo nerviosa si me hace una pregunta...
Y mas reacciones que hacen que parezca 
que estoy realmente enamorada

Pero... ¿de verdad lo estoy?
No pienso en él todo el día, 
no me quita el sueño, 
no me paso el día mirando todas sus fotos de Facebook.
Lo único que ocurre es que,
cuando nos vemos (todos los días)
todo lo que ocurre a mi alrededor,
desaparece, y nada mas importa.

Si, tal vez lo esté.
Pero lo que me pone triste
 es ver como él no mueve un paso
 ni hace nada.
Es como si... 
Como si yo no le importara mucho.

O a lo mejor sí que le importo, 
y lo único que le ocurre es que su timized puede con él, 
al igual que a mi.

En el caso que fuera que no, 
lo entendería. Si, exacto.
Evidentemente estaría triste, (¿y quien no?)
pero habría salido de dudas. 

Lo único que quiero es saber que é slo que siente él,
solo quiero saberlo.
Nada mas, 
solo eso.


lunes, 28 de enero de 2013

Amistad... ¿rota?



En pocos segundos pueden pasar muchas cosas.
puedes pasar de querer a una amiga a odiarla,
todo por unas palabras indebidas.

Desconozco si su intención era herirme o no.
Si es que si, entonces no debo molestarme en 
seguir estando a su lado. 

Leer sus indirectas, con aquellas dos palabras tan dolorosas, 
han echo una brecha irreparable en nuestra amistad.

Admito mi error, conozco lo que he echo
pero lo que me gustaría que la gente entendiera 
son mis intenciones, que es lo que me ha movido 
a no contarle algo que no se si deberia contarselo.

Mi motivo era claro: esa cara de felicidad 
que veía en ella siempre,
esa forma de escribir tan alegre,
jamás, repito: JAMÁS queria que se acabase.

Por eso intenté que disfrutaras un poco mas 
antes de saber la cruda realidad.
Aun que se iba a saber de todas formas.



ya no se que mas escribir.
Tampoco sé si te van a sentar bien estas palabras.
Pero es lo que yo siento.
Y jamás lo dejaré de sentir.