Con esos ojos azul cielo, Robert
miraba a su alrededor. Le impresionaba todo lo que veía en aquél parque. Era
normal, solo tenía 2 años, a punto de cumplir los tres. Mientras jugaba, una
hoja del árbol en el que estaban debajo se posó encima de su cabeza. Su madre,
que compartía con él el color platino de su pelo, le sujetaba con dificultad.
Era un niño que desde poco después de nacer ya había demostrado ser muy activo.
Le gustaba correr, saltar, descubrir cosas… Pero había algo que aún no había
descubierto: una amistad que destinaría su vida para siempre.
Nada ni nadie ha podido explicar
nunca que fue lo que llevó a Robert a posar sus ojos de príncipe sobre un niño,
desconocido para él. Este niño, de pelo oscuro y ojos marrones, tenía ya los
tres años cumplidos. Ambos eran casi de la misma edad. De lejos parecían
congeniar. Y no se equivocaban. De repente aquél niño comenzó a correr. Corría
hacia Robert, con los brazos abiertos y una cara sonriente, como si quisiera
coger a Robert y no dejarle ir. En cierto modo, ese hecho nunca cambió entre
ellos.
Por desgracia, en sus tres añitos
no había aprendido a correr muy bien, hecho que le llevó directamente a caerse
al suelo. Se echó a llorar desconsoladamente. Su madre, con preocupación, se
abalanzó sobre él para socorrerle y consolarle. Por suerte no se hizo nada.
Observando esta escena, Robert se acercó a ellos. Sin conocer de nada a ese
niño le abrazó. El chico dejó de llorar al momento. E, incluso, le dedicó una
tierna sonrisa. Robert le devolvió la sonrisa. Las madres de ambos se miraron enternecidas.
Comenzaron a charlar con una naturalidad impresionante. De mientras, los
pequeños jugaban y jugaban entre ellos. Ninguno de los cuatro sabía que acababan
de iniciar una amistad más que poderosa.
Doce años después…
Jack, el niño de pelo oscuro y ojos marrones,
se pone la mano en el pecho. Acaba de llegar a casa muy nervioso después de
vivir una de las experiencias más extraña, pero a la vez dulce, que había vivido en su
vida: en un momento de tristeza donde le confesaba a Robert que no sabía quién
era se miraron a los ojos. Aquella extraña atracción que habían sentido la
primera vez que se vieron, volvió a ellos. Sus labios estaban cada vez más
cerca, hasta que se tocaron. El beso, tal y como lo describieron años después, fue
lo más maravilloso que vivieron hasta el momento. Por muchas parejas que
hubiesen tenido (todo chicas), esto era nuevo para ellos. Sus corazones nunca
les habían latido tanto, nunca les había costado tanto respirar hasta ese
momento…
Los momentos posteriores a ese
beso fueron los más difíciles de soportar. Ninguno de los dos quería romper ese
silencio, ni siquiera para preguntar qué había pasado. Se callaron. Sus mentes
se volvieron como locas creando dudas sin parar. Pero había una que reinaba entre
todas las demás: ¿Quién había besado a quién? Por muchas dudas, había una cosa
que tenían muy clara, y es que ese beso había sido genial. Se gustaban. Y no
podían negarlo.
A los dos costó dormir esa noche. Y la siguiente. Y todas las noches
de su vida, desde aquél día, 20 de febrero, que se les quedará grabado en la
memoria de ambos. Se amaban. Y por muchas discusiones que tuvieran, se
necesitaban. Juntos, consiguieron afrontar las negativas de sus familias a su
relación por ser, simplemente, dos hombres. Juntos, tuvieron su primera noche
en la que se entregaron el uno al otro, y que sería la primera de otras muchas.
Juntos, vivieron durante toda su vida y se apoyaron mutuamente. Juntos
envejecieron siendo un matrimonio rodeado en todo momento por sus hijos, que
fueron fruto de su lucha constante contra la sociedad y los que se negaban a
permitir que ambos fueran felices.
Así, Robert y Jack, Jack y Robert,
vivieron una verdadera historia de amor. Sus manos se juntaron un día, bajo un árbol,
y jamás se volvieron a separar.
Precioso, súper tierno y romántico. Me ha impresionado muchissimo. Simplemente me ha captivado.
ResponderEliminarjejejeje aun tengo que acabarlo, me queda... bastante XD
Eliminarpero muchas gracias por tu critica, significa mucho para mi <3 te quiero guapa!